" ... Durante los éxtasis era como si fuese poseída por un instrumento que me penetrase y se retirase rasgándome las entrañas… Estaba llena de amor y satisfecha de inestimable plenitud… Mis miembros, se quebraban de deseo mientras que languidecía, languidecía, languidecía … A continuación, cuando regresaba de estos encantos de amor, me sentía tan ligera y satisfecha que amaba incluso a los demonios… ".
Santa Ángela de Foliño
Santa Teresa de Avila es probablemente una de las más representativas de este mundo de ninfómanas reprimidas que llenan el Paraíso de los cristianos.
Podría representar un ejemplo clásico y citarse en los libros de sexología como
demostración de los daños cerebrales que puede producir la abstinencia sexual.
"En una éxtasis me apareció un ángel tangible en su constitución carnal y era muy hermoso; ví en la mano de este ángel un largo dardo; era de oro y llevaba en la extremidad una púa de fuego. El ángel me penetró con el dardo hasta las vísceras y cuando lo retiró me dejó ardiente de amor hacia Dios"…
Santa Teresa de Avila
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